Silencio en la nieve, una película costumbrista

Vengo de ver Silencio en la nieve, es una película policiaca ambientada en la División Azul. Su crítica es la de siempre: enfermedades del cine español, el espectador no siente la intriga de la investigación. El guripa inspector yendo y viniendo en sus pesquisas realiza un paseo casi costumbrista por la época y sus manías. Se abusa de la búsqueda de traidores y masones, bastantes escasos en la filas divisionarias.
   Hay un dilema moral subliminal cuando entran soldados de la SS en el pajar y se ponen a ametrallar a un grupo de mujiks, que el protagonista resuelve persiguiendo al asesino, un personaje poco creíble y desdibujado en un suboficial divisionario, hijo de la viuda, alistado para vengarse por lo sufrido a manos de cuatro componentes de la División. Cada muerto aparece con una estrofa de una oración infantil: "Mira que te mira Dios". Las relaciones con los alemanes a nivel de tropa se pintan muy tensas. Hay encañonamientos y amenazas entre hunos e hispanos. Los oficiales aparecen como clasistas y la tropa, en su mayoría falangista sin florituras.
Para lucimiento histórico la escena de la ruleta rusa donde se ven uniformes cosacos, de SS nórdicos, de italianos, alemanes y guripas. Los decorados algo recargados en oficinas, con más esvásticas que el bunker de Hitler. Para los cazadores de script y oteadores de fallos de rácord: Los escudos divisionarios muy bien envejecidos y sucios van bordados en unas guerreras impolutas, alguna inaudita Cruz de Caballero en el cuello de un teniente coronel, que se ve el engarce de bayoneta de un fusil Coruña en un camión, que ahí el Kar 98 del guripa lleva baqueta y todo el resto de la película no. El que busca alla pero la ambientación es buena. Ya me gustaría saber qué han hecho con esas sacas de correo después de terminar la filmación.
La película es parca en escenas de combates, muestra una batalla escasa de hombres, inexplicable para cuatro millones de euros de presupuesto, pero con carros de combate T34, que será una de las muchas razones que han elegido para rodarla en el Este de Europa, y algunas explosiones de ordenador. La batalla no es un aliciente. No es una pleícula sobre la División Azul sino una película policiaca que transcurre en ella.
No es una hagiografia ni un panfleto demoledor, con algún guiño progre, más en los silencios que en las palabras.
Leer más...