Acompáñeme a la comisaría


Volviendo de un reportaje en el Ulster con un compañero, en el aeropuerto de Londres me pidió un policía británico, de oscuro origen, que le acompañara a la comisaría. Es una costumbre de los policías que no les gusta ir solos al trabajo. Lo había comprobado algunas veces en España. 

Una vez dentro pregunté que por qué estaba ahí. Me dijo que ciertos vascos iban y venían. Señaló una ley grabada en la pared: el acta antiterrorista. Le dije dos cosas: I'm of Castle, Spain and I am supporter of Mr. Mussolini. Le tuve que repetir varias veces la segunda parte, entre mi mal inglés y su buena incredulidad. Me devolvió el pasaporte y me dejó ir con viento fresco sin registrarme siquiera.

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