Los púlpitos audiovisuales

Gustavo Morales

Como antaño la Iglesia explicaba el mundo desde los púlpitos, los medios de comunicación hoy interpretan la vida ante el espectador, que es hoy la posición sustancial del occidental medio. La fascinación de esa ventana audiovisual descansa en que permite asistir a otras vidas, tiempos y lugares inaccesibles: el Everest desde arriba, los retretes de la Casa Blanca, la llegada de los españoles a América o las lunas de Júpiter. Algo imposible en la vida media de un humano. La televisión embruja a pesar de la bendición del cómico: “Menos mal que la televisión es mala porque si no…”

Se intensifica el ver y merma la experiencia personal, menos elección propia y
aprendizaje. Los medios audiovisuales imponen la relación con otros y con cuanto nos rodea, a la postre, prevalecen en la formación de criterio. La pantalla es ya la primera educadora, gracias al superávit de contemplación y al déficit de la acción a favor de la copia. Las referencias comunitarias y familiares ceden ante el empuje de los medios de comunicación como nuevos educadores permanentes de adultos. Han hecho sospechosos a los padres, deseables a los vampiros y han convertido ejércitos de chicha y nabo en "el cuarto más poderoso del mundo”.

El comportamiento de los personajes en las pantallas señala pautas de conducta, a través de series y películas, que repiten los espectadores, marca modas y modos de vivir. Rockeros, mods, mangas, siniestros, han llegado a través de las pantallas de televisores y ordenadores a millones de jóvenes. El estratega norteamericano Zbigniew Brzezinski se ufana: “la cultura de masas estadounidense ejerce un atractivo magnético especialmente sobre la juventud del planeta (...) Los programas de televisión y las películas estadounidenses representan alrededor de las tres cuartas partes del mercado global (...) Es posible encontrar graduados de las universidades estadounidenses en casi todos los gabinetes ministeriales del mundo”. Es la democratización controlada y con modelo.

Una característica de la prensa es la multirrelación, su presencia en prácticamente todos los escenarios de la vida: política, social, mediática, económica, sexual... La prensa vive el presente en su entorno. Transmite las noticias que considera y cómo considera y las jerarquiza por el espacio que dan en los soportes mediáticos. Más o menos espacio en las páginas, más o menos tiempo en la pantalla en horas de máxima audiencia. Repetí en El Rotativo que el periodismo es espacio partido por tiempo.

La representación de lo real convierte a los medios de comunicación en los principales sustentadores del orden hegemónico. Los medios dan su versión de cualquier información a millones de personas, o la ocultan. A fuerza de repetir su perspectiva acaban por hacerla real de cara a su público. Es sabido que hay coincidencia entre opinión pública y publicada. Su papel en la política es intenso.

En verdad, el mayor poder emana de ponerle nombre a los comportamientos, las personas y las cosas.
Leer más...

Cena de almogávares

Y termina la cena. El oasis donde los viejos legionarios invocan su derecho a la muerte, a la gloria. Entre los comensales un general valiente y almogávar, tres oficiales, alguno audiere de la segunda sección; legionarios rasos del Gran Capitán, del Duque de Alba, de la Brigada Alfonso XIII, veteranos de África, Bosnia y Afganistán; un marine norteamericano de pelo blanco y aspecto de sargento de artillería, profesores de instituto y universidad, un periodista, regulares, autores, soldados de España. Hablan y cuentan, algunos con años de cárcel, todos con promesas de futuro, guerreros por una España mejor. 
Nadie canta ni a los efluvios de la leche de pantera. Es encuentro sereno, sin orlas de alcohol  ni recamados de broncas. Conversan sobre sueños y proyectos, uno quiere acabar la carrera, escribir un libro sobre un capitán condecorado en batallas. Otros desgranan viejas anécdotas. El alistamiento de uno  que pidió, antes de firmar, llamar a casa y no le dejaron. El teléfono que atendió otro a un estrellado: 
-Soy el coronel Mandamás, ¿sabe usted con quién habla? 
-No, mi coronel. ¿Y usía sabe quién soy yo?- responde el legionario.
 -¡No! 
-Pues hasta luego- y colgó.
Noches de arrestos en los Balcanes, de peleas con otras fuerzas de la OTAN. Aquí es preciso demostrar qué pueblo es el más valiente
Noche de pasado y de futuro. Noche de escuchas confiados, noche de camaradas en armas. Sobre sus cabezas ondea, en la imaginación común, la bandera blanca con la cruz de San Andrés de los Tercios Viejos con empresas nuevas.
@unosolosoy





Leer más...