Presentación

Como un motor sin transmisión, cuya fuerza no llega a las ruedas, es hoy mi vida. He sido muchas cosas, desde butanero a director de un diario, corresponsal, asesor y he estado en los dos lados de las aulas universitarias. El trabajo nunca me ha asustado aunque yo sí me asusto. Hay momentos en que una rabia inmensa y tremenda se derrama hacia fuera anegándolo todo.
Hoy me quedan pocos tesoros humanos, de los otros aún menos, poco más que un pasado intenso que, en momentos en que creí morir, me hizo pensar que había vivido.
Soy absorbente y liberal, celoso y comprensivo, me sobran mala leche y sentido del humor. Soy incoherente, soy humano. No es una disculpa, es una descripción.
Y su imagen planea, una vez más, sobre mi esperanza y temo, bajo su sombra, mirar arriba y darme cuenta que ha sido un espejismo.

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