Dextrosum, ¡ar!

En Katmandú, centenares de personas giraban alrededor de una stupa, de ahí debe venir lo de estupidez. Para saber qué pasaría, me puse a girar en dirección contraria. 

Los nepalíes pasaron de la sorpresa a la estupefacción antes entrar en acción: detenerme y darme la vuelta para que girara como todo el mundo. Faltaría más. A dextrosum.

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