No quiero un artículo bueno, lo quiero para el martes.
Te he dicho mil millones de veces que no exageres.
Me gusta cuando exageras porque pareces como ausente.
¿Qué parte de NO quieres que te explique?
Yo no aconsejo, yo ordeno.
Tu secretaria ha muerto.
Hazlo,
no lo pienses (Hazlo… ¡Ya!)
¡Cómo que gracias! ¿No has oído hablar del papel moneda?
¡Heil yo mismo!
No.
Luego, tampoco.
Si
tengo que explicártelo ya lo hago yo.
¡Alzad el país, alzadlo constantemente!
No comete faltas, ¡las perpetra!
Me voy a perder peso.
Ya, que si la abuela fuma, que si la
abuela se droga…
Eso lo sabe hasta la madre de Domingo
Ortega.
Te voy a dar con un palo… porque como te
dé con la mano, ¡Te mato!
No me gusta repetir las cosas.
¿Se te ha aparecido San Antonio de Padua
y te habla?
¡Las cosas que inventa el hombre blanco!
Niña lista, cabeza gorda.
Te apuesto dólares contra galletas.
Si no fuera por estos ratos y los que
pasamos en la cárcel
¡Por sus frutos los conoceréis!
Tú
lo que quieres es irte a tu casa llorando (y que tu madre me llame para
preguntar qué te he hecho)
¡Te voy a dar patadas hasta que se me caigan las uñas de los pies!
¡Quisiera que tuvierais un solo cuello para apretarlo!
(Cuando
alguien se enrolla demasiado contándole algo) Titulares, dame titulares.
Siempre pensando en lo único, y sobre
eso, lo único que hacéis es pensar
¡Cerrad! ¡Cerrad! ¡Cerrad!
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