La mujer que fue teniente confederado

G.M.

Loreta Janeta Velázquez (1842-1897) fue una mujer que combatió vestida de hombre en el Ejército de la Confederación durante la guerra civil estadounidense.   Por sus venas corría sangre española, gala y americana, casó cuatro veces y murió viuda, madre y veterana de guerra.
  Loreta Velázquez nació en La Habana, Cuba, el 26 de junio de 1842. Su padre era un funcionario español y su madre descendía de franceses y americanos. Los Velázquez argumentaban que eran descendientes del gobernador de Cuba, Diego Velázquez de Cuéllar, y del pintor Diego Velázquez. El padre de Loreta era hostil a los Estados Unidos por el rancho que ese país le había arrebatado en México, aunque envió a su hija a Nueva Orleans a perfeccionar su educación en lengua inglesa, viviendo con su tío. A los catorce años, un cinco de abril, Loreta se casó con John Williams, un oficial texano. Le acompañó en los diversos puestos donde estuvo destinado.
  Al comenzar la Guerra Civil norteamericana, Williams se alistó al Ejército Confederado. Loreta, con 19 años, intentó convencerle, sin éxito, para que la permitiese acompañarle (ver canción al final). Loreta no aceptó la negativa como respuesta, compró dos uniformes de su talla, adoptó el nombre de Henry T. Buford y se trasladó a Arkansas. Allí reclutó 236 hombres en cuatro días, embarcándoles en Pensacola, Florida. Entonces, 1861, ella se alistó con su flamante batallón al Ejército del General Lee, sin conocimiento de su marido que murió al principio de la guerra instruyendo a esa abigarrada unidad. Ella misma se hizo cargo del mando de una compañía bajo la personalidad del teniente Buford.
  Loreta Velázquez combatió en Bull Run, Ball's Bluff y Fort Donelson, donde luchó en el cerco hasta la rendición. Herida en la batalla, pudo escapar a Nueva Orleans. En Shiloh, Loreta encontró el batallón que había reclutado en Arkansas y lo llevó a la batalla como oficial con barba y bigote postizos, pero al ser herida el médico descubrió que era mujer y la creyó una espía.  Un artículo de un periódico de la época menciona el arresto del teniente “Bensford” (sic) cuando se descubrió que era una mujer llamada Alice Williams, que era el nombre que solía usar Loreta Velázquez.
    Durante la Guerra, Loreta se casó de nuevo. Su segundo esposo, el capitán Thomas DeCaulp, murió en Chattanooga. Será el destino de todos su maridos.
  Finalmente, en Richmond, Virginia, aceptó espiar para la Confederación.  Se trasladó a Washington donde llegó a reunirse con Simon Cameron, secretario de la Guerra del presidente Abraham Lincoln.  Volvió al Sur donde informó al general Benjamin F. Butler, comandante de Nueva Orleans. También participó en la organización de revueltas en Ohio, Indiana, para liberar a los prisioneros de guerra confederados.
  Tras la Guerra, Loreta viajó a Europa. Se casó con el comandante Wasson con quién emigró a Venezuela y enviudó nuevamente, volviendo a los Estados Unidos. Allí tuvo un hijo en su cuarto matrimonio. Loreta publicó, en 1876, un libro con el título The Woman in Battle: A Narrative of the Exploits, Adventures, and travels of Madame Loreta Janeta Velázquez, en el que contaba sus aventuras y que levantó mucha polémica sobre su veracidad, aunque era evidente que se basaba en experiencias reales vividas de primera mano. Loreta explicó en el prólogo que el objetivo de su obra era conseguir ingresos para mantener a su hijo.
  Se cree que Loreta murió en 1897. Sus aventuras dieron lugar a muchas leyendas y a una canción:
La guerra ha empezado y Johnny ha de luchar
quisiera a su lado mis días pasar
Quisiera seguirte también mi corazón
déjame acompañarte, no mi amor, no
Mañana es domingo  pasado has de partir
nuestra patria te llama y tu debes ir
la patria te llama también mi corazón
déjame acompañarte, no mi amor, no
Me ocultaré el pelo, de hombre vestiré
y como un compañero a tu lado iré
seré un compañero y nadie lo sabrá
seguiré tu sendero como uno más
Oh Johnny Oh Johnny por qué me haces sufrir
tú eres mi camino, mi mundo eres tú
quisiera expresarte mi inmenso amor por tí
déjame acompañarte, sí, mi amor, sí

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